«La amistad multiplica las alegrías y divide las angustias».
La amistad puede definirse como un vínculo entre dos personas que se caracteriza por la presencia de sentimientos de cuidado, cariño, preocupación y respeto de manera recíproca, entre otros aspectos. Asimismo, establecer este tipo de relaciones es algo inherente al ser humano.
A lo largo de las diferentes etapas del ciclo vital, es un factor fundamental, pero sobre todo en los siguientes periodos debido a algunos de los siguientes motivos:
Durante la primera infancia, dichos vínculos son necesarios para el desarrollo humano, sobre todo a nivel social y emocional. Es a través de la interacción con amigos que los niños aprenden a establecer normas, sopesar alternativas y tomar decisiones.
En la adolescencia el grupo de amigos pasa a ser un pilar aún más fundamental en la vida de estos. El/la adolescente busca sentirse aceptado/a y acogido/a en un grupo de iguales, y quiere satisfacer su sentimiento de pertenencia, pasando a ser de mayor importancia las amistades que en etapas anteriores, en las que el grupo de mayor importancia era más bien la familia.
En la vejez los vínculos de amistad aumentan el bienestar subjetivo de la persona mayor y reducen el riesgo de deterioro cognitivo o demencia. Además, ayudan a promover la actividad física, lo que reduce el riesgo de padecer enfermedades crónico-degenerativas, al favorecer el fortalecimiento del sistema inmunológico. Estos beneficios en conjunto promueven la independencia y la autonomía de las personas mayores, en la medida que fomentan la motivación, la relajación y los estados de ánimo saludables .
La amistad es un componente fundamental en la vida que, además, favorece la salud mental de las personas. Esto es porque l@s amig@s hacen que se potencien las emociones positivas, que se reduzca el estrés, aportan seguridad y son una fuente de autoestima, entre otros aspectos.
A continuación compartimos algunos de los beneficios de la amistad de forma más detallada:
Apoyo emocional: La amistad proporciona una fuente de apoyo emocional, lo que puede contribuir a reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar el bienestar psicológico.
Aumento de la autoestima: La amistad facilita el sentimiento de pertenencia y aceptación, lo que potencia la autoestima y la autoconfianza.
Reducción del aislamiento social: La amistad reduce la tendencia a la soledad o el aislamiento social, que es un factor de riesgo de numerosas enfermedades físicas y mentales.
Mejora el bienestar emocional: La amistad fomenta el intercambio emocional, y la interacción social facilita un contexto que permite mejorar nuestra gestión de las emociones. Además, un buen abrazo, y la buena compañía, nos hacen segregar oxitocina y dopamina, es decir, hormonas del bienestar y la felicidad.
Oportunidades de crecimiento personal: Las amistades nos dotan de un entorno en el que aprender, desarrollarnos y crecer, al exponernos a nuevas ideas, perspectivas y experiencias compartidas.
Mayor resiliencia: La amistad contribuye a que abordemos las adversidades de una forma más adaptativa y resistente, al sentir apoyo y mayor seguridad frente a las consecuencias que puedan producirse.
Sin duda tener y cuidar a nuestros amigos repercute directamente sobre nuestro bienestar emocional.
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