La adquisición del lenguaje es un proceso de gran relevancia en el desarrollo de la persona, ya que de él depende el correcto funcionamiento de otras áreas como la cognitiva, la social, la emocional, así como procesos de autorregulación de la conducta, ya que el lenguaje es un medio por el cual pensamos y desarrollamos nuestra inteligencia y razonamiento.
Nos facilita la comprensión de nuestro entorno y la resolución de conflictos, nos permite comprender las emociones y es el medio imprescindible para la interacción social, el desarrollo de relaciones sociales y de la afectividad. Pero esta relación es recíproca, ya que el desarrollo de estas áreas determinará el desarrollo comunicativo-lingüístico y viceversa.
Es muy importante tener en cuenta que, no todos los niños y niñas desarrollan las habilidades del habla y el lenguaje de la misma forma, pero todos los menores sí siguen las mismas etapas para alcanzar las habilidades del lenguaje. En este proceso también influyen factores biológicos, familiares, emocionales, socioculturales, que pueden influir en la aparición y/o el ritmo de desarrollo lingüístico.
En la adquisición del lenguaje, es de vital importancia que los niños y niñas estén expuestos a los sonidos del habla y a estimulación desde su nacimiento, independientemente de que en ese momento sean capaces o no de comprender el significado, o reproducir, las palabras que oyen.
Sin embargo, no solo se trata de exponer al menor al lenguaje, también se requiere una adecuada estimulación, mediante la interacción y el juego, que le permita alcanzar las destrezas visuales, auditivas, táctiles, motrices, cognitivas, sociales, etc., necesarias y predecesoras del lenguaje. Los niños y niñas que reciben poca estimulación presentan mayores dificultades para adquirir el lenguaje.
Para ello, es muy importante conocer cuáles son las características generales, propias de cada etapa evolutiva, así como conocer aquellos aspectos que son indicativos de dificultades del lenguaje.
EDAD: 2 años
DESARROLLO TÍPICO:
Etapa sintáctica: comienza a combinar 2 o más palabras puede omitir nexos y no conjuga. Ej. "Yo querer galleta" (habla telegráfica).
Amplía su vocabulario (50 palabras aprox.)
Comprende órdenes de dos elementos y sigue órdenes consecutivas simples: "Ven y dame el coche".
Entiende el uso de objetos y conceptos opuestos básicos.
Inicio del juego simbólico: sustituye un objeto real por uno ficticio.
SIGNOS DE ALERTA:
Vocabulario inferior a diez palabras.
No usa sonidos para comunicarse.
No tiene intención comunicativa.
Repite lo que el adulto le dice sin funcionalidad (ecolalias).
No señala con el índice.
No aparece juego simbólico.
No hace frases de dos palabras.
No comprende instrucciones sencillas.
Solo utiliza gestos para comunicarse.
EDAD: 3 años
DESARROLLO TÍPICO:
Usa la mayoría de los sonidos del habla y articula los diptongos.
Conjuga verbos y empieza a incluir nexos.
Su entorno menos cercano puede entender la mayor parte de lo que dice.
Realiza una secuencia de dos acciones independientes: Coge la pelota y cierra la puerta.
Comprende términos abstractos: cerca/lejos, y agrupa objetos por categorías (comida, ropa…)
Responde a preguntas simples, por ejemplo "¿CÓMO? ¿POR QUÉ?"
SIGNOS DE ALERTA:
Utiliza pocos verbos.
No produce uno o varios de los siguientes: /m/,/n/,/ñ/,/p/,/t/,/k/,/b/,/d/,/g/,/f/,/j/,/ch/,/l/,/ue/,/io/.
No realiza frases de tres palabras.
No formula preguntas.
No utiliza el plural ni las preposiciones.
No comprende relatos sencillos.
No mantiene el contacto visual.
EDAD: 4 años
DESARROLLO TÍPICO:
Articula todos los sonidos.
Comienza a conjugar verbos en pasado.
Realiza oraciones de 5 y más elementos.
Enumera elementos que pertenecen a una categoría, por ejemplo animales o vehículos.
Entiende preguntas complejas.
Responde a secuencias de tres acciones independientes.
Entiende comparaciones y reconoce los absurdos del lenguaje, como "¿Hay un elefante en tu cabeza?"
SIGNOS DE ALERTA:
No produce: /d/,/g/,/f/,/ll/,/z/,/s/.
Su voz se altera frecuentemente (ronquera, afonías).
No arranca a hablar “se atasca” y repite sonidos (p…p…pato) o prolonga sonidos (sssssol, mmmano).
Solo le entienden las personas de su entorno.
No puede relatar hechos sencillos.
Cambia rápidamente de actividad sin entrar plenamente en ninguna.
Tiene dificultades para jugar con el lenguaje (rimas, adivinanzas…).
No interacciona con otros niños.
Debemos ser prudentes, efectivamente cada niño adquiere el lenguaje de una manera diferente, siempre dentro de un espectro temporal que tenemos que tener en cuenta. La famosa frase del “ya hablará”, “tiene que madurar” o “espera este trimestre”, durante un tiempo ha sido lo que ha propiciado que, menores con trastornos en el desarrollo del lenguaje u otros déficits, acudieran a nuestras consultas de manera tardía, pudiendo haber llevado a cabo una intervención temprana que favoreciera su desarrollo global.
Es de vital importancia la intervención y estimulación temprana, comenzar el trabajo con un logopeda colegiado cuanto antes, nunca es pronto, debido a la plasticidad cerebral que los pequeños presentan cuanto menor edad tienen. Cuanto antes se detecta y se inicia el trabajo, mayor efectividad y rapidez de mejora se obtiene.
Desde APRes queremos prevenir alteraciones del lenguaje y estimular sus capacidades aún cuando termina el colegio y por ello hemos creado un Taller de Estimulación del lenguaje grupal para peques de 2 a 4 años. Con una metodología lúdica, damos continuidad a la estimulación de sus capacidades y ofrecemos información a las familias para favorecer el desarrollo de sus hijos/as.
Infórmate aquí:
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