top of page

Dispraxia infantil: cómo detectarla y mejorarla con terapia ocupacional

Paloma Calvente. Terapeuta Ocupacional

La dispraxia, también conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación, es una condición que dificulta la planificación y realización de movimientos. Las personas con este trastorno pueden experimentar problemas tanto en habilidades motoras finas como gruesas, lo que puede interferir en actividades diarias como escribir, abotonarse la ropa o participar en deportes. Estas dificultades a menudo están relacionadas con alteraciones en el procesamiento de la información sensorial por parte del cerebro.


La forma en que se manifiesta la dispraxia varía ampliamente, lo que hace fundamental detectarla a tiempo para intervenir adecuadamente. Algunas de sus características comunes incluyen:

  • Dificultad para realizar tareas manuales como escribir, usar tijeras o abotonarse la ropa.

  • Problemas de coordinación en movimientos amplios, como correr, saltar o montar en bicicleta, lo que puede generar torpeza o descoordinación.

  • Dificultad para planificar y ejecutar movimientos en secuencia, complicando el aprendizaje de nuevas habilidades motoras.

  • Dificultad para organizar tareas o actividades, lo que a menudo lleva a frustración o falta de confianza.

  • Retrasos en el desarrollo de hitos motores, como gatear o caminar, en comparación con otros niños.

  • Problemas para mantener el equilibrio, lo que puede provocar caídas frecuentes o dificultad en actividades que requieren estabilidad.

  • Falta de coordinación entre lo que ven y lo que hacen, afectando actividades como atrapar una pelota o seguir instrucciones que implican movimiento.

  • Frustración debido a sus dificultades, lo que puede impactar negativamente en su autoestima y en su participación en actividades físicas o sociales.

  • Evitación de deportes o juegos que requieran habilidades motoras, prefiriendo actividades más sedentarias.

  • Dificultad para concentrarse en tareas que demandan atención y coordinación.


Actividades desde la terapia ocupacional para tratar la dispraxia

Desde la terapia ocupacional se trabajan diferentes áreas para mejorar las habilidades de praxis y favorecer la independencia del niño. Algunas de las actividades clave incluyen:


  1. Motricidad gruesa

    1. Diseñar circuitos motores donde el niño pueda saltar, gatear, escalar y caminar sobre superficies inestables, mejorando el equilibrio y la coordinación.

    2. Jugar con pelotas para practicar lanzar, atrapar, patear o golpear, desarrollando la coordinación ojo-mano y las habilidades motoras bilaterales.

    3. Crear rutas de obstáculos con movimientos secuenciales para reforzar la planificación motora.


      niños jugando con almohadas sobre la cama


  2. Motricidad fina

    1. Ensartar cuentas o macarrones para trabajar la destreza manual y la coordinación mano-ojo.

    2. Recortar formas con tijeras para fortalecer el control y la precisión manual.

    3. Enhebrar cuerdas en plantillas de diferentes materiales para mejorar la precisión motora.

  3. Integración sensorial

    1. Explorar diferentes texturas como arena, plastilina o espuma para fomentar la respuesta táctil.

    2. Usar equipos vestibulares, como columpios, para mejorar el sentido del movimiento y la percepción corporal.

    3. Incorporar actividades que impliquen presión profunda, como empujar objetos pesados o tirar de cuerdas, para desarrollar el esquema corporal.

      niños en un caballito de plástico
  4. Imitación y secuenciación

    1. Realizar rutinas de movimientos simples como aplaudir o gesticular siguiendo patrones.

    2. Trabajar actividades como vestirse o armar rompecabezas, siguiendo pasos secuenciales.

    3. Reproducir trazos en papel o pizarra para reforzar la coordinación visomotora.


  5. Habilidades funcionales

    1. Practicar tareas cotidianas como abotonarse, atarse los zapatos o usar cubiertos.

    2. Ordenar juguetes o materiales según instrucciones para trabajar habilidades espaciales y organización.

    3. Involucrarse en actividades prácticas como amasar o verter líquidos para fomentar la planificación y ejecución de tareas.


      niña ordenando juguetes para donar


  6. Juegos estructurados

    1. Usar rompecabezas o juegos de memoria para desarrollar atención y habilidades de resolución de problemas.

    2. Trabajar con bloques de construcción o LEGO para mejorar la planificación espacial y las habilidades motoras finas.

    3. Fomentar la creatividad con actividades como moldear arcilla, pintar o construir estructuras siguiendo modelos.

      niña jugando con una textura de puntos sobre una mesa
  7. Planificación motora global

    1. Proponer tareas que requieran planificación, como preparar una mochila o poner la mesa.

    2. Seguir instrucciones complejas que involucren movimientos, como "salta hacia adelante, da una vuelta y toca el suelo".


La intervención en niños con dispraxia requiere un enfoque integral, adaptado a sus necesidades específicas. Estas actividades ayudan a mejorar las habilidades motoras y sensoriales, reforzando la confianza y fomentando su participación en actividades diarias y sociales.


La dispraxia puede afectar muchas áreas del desarrollo y la vida diaria de los niños, pero con el acompañamiento adecuado, es posible superar gran parte de esas dificultades. A través de la terapia ocupacional, trabajamos de manera personalizada para potenciar sus habilidades motoras, fortalecer su confianza y fomentar su independencia en las actividades del día a día.


Si has identificado algunas de estas señales en tu hijo o tienes dudas sobre su desarrollo contáctanos, estamos aquí para ayudarte.




 

Comentários

Avaliado com 0 de 5 estrelas.
Ainda sem avaliações

Adicione uma avaliação
Featured Posts
bottom of page