Dormir para aprender: cómo el sueño potencia la memoria y el rendimiento cognitivo
Descubre la relación entre un buen descanso, la consolidación de la memoria y el éxito en el aprendizaje.
Dormir no solo nos ayuda a sentirnos más descansados, sino que es esencial para el desarrollo y el funcionamiento óptimo del cerebro. La evidencia científica ha demostrado que dormir adecuadamente antes y después de aprender es esencial. Mientras dormimos nuestro cerebro se encarga de procesar y consolidar la información obtenida durante el día. Durante el sueño ocurren muchos de los procesos relacionados con la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse en respuesta a experiencias, aprendizajes, o cambios.

El sueño no solo contribuye a fortalecer la memoria, sino que también facilita el aprendizaje y la incorporación de nuevos conocimientos. Por ello, la falta de sueño afecta el rendimiento escolar y causa dificultades en procesos de aprendizaje como la memoria y la concentración. Asimismo, la privación del sueño puede afectar el estado de ánimo y el comportamiento.También puede repercutir en la salud física, ya que la falta de sueño afecta negativamente al sistema inmunológico, contribuye al agotamiento en las actividades diarias, y puede provocar dolores de cabeza, entre otras afecciones.

Consejos para favorecer el descanso
Ya que dormir es una actividad esencial que va más allá del simple descanso, favoreciendo la salud y el desarrollo integral, es fundamental mantener una adecuada higiene del sueño.
A continuación, os compartimos algunos consejos:
Mantente activo durante el día. Realizar ejercicio físico a lo largo del día mejora la calidad del sueño. Además, la actividad física contribuye a mejorar el estado de ánimo y a reducir el estrés.
Establece una rutina. Establecer horarios consistentes para acostarse y despertarse regula el reloj biológico, favoreciendo la conciliación del sueño. Ir a la cama a la misma hora cada día permite que el cuerpo se prepare para dormir. Leer un cuento, meditar, escuchar música suave, practicar estiramientos o realizar ejercicios de respiración favorecen esta rutina. Además, es aconsejable generar un ambiente tranquilo, con una temperatura confortable y con la habitación oscura, en silencio o con sonidos suaves.

Evita pantallas antes de dormir. Desconecta los dispositivos electrónicos antes de dormir y transforma tu habitación en un espacio libre de tecnología. La luz azul emitida por tablets y teléfonos móviles puede interferir con la producción de melatonina, por lo que es recomendable elegir actividades más tranquilas antes de dormir. Además, la luz de estos aparatos puede confundir al cerebro, haciéndole creer que aún es de día, por lo que es recomendable apagarlos una hora antes de acostarse. Apagar el teléfono evitará que te quedes despierto enviando mensajes o viendo redes sociales hasta tarde.

Planifica cenas ligeras. Evita comer alimentos pesados o azúcares en exceso antes de dormir. También limita el consumo de cafeína, ya que es un estimulante que puede dificultar el sueño y puede mantenerte despierto y alerta. Opta por bebidas sin cafeína por la tarde y noche.

Anticipa una buena noche de descanso. El estrés puede desencadenar insomnio, y cuanto más te angusties por no poder dormir, más difícil será conciliar el sueño. En lugar de preocuparte por no descansar, recuerda que puedes lograrlo. Durante el día, repite afirmaciones como "esta noche descansaré bien" y pon en práctica los consejos anteriores para ir preparando el descanso.

Estudiar hasta tarde: ¿una estrategia efectiva o un error perjudicial?
Acostarse tarde o dejar de dormir para estudiar puede ser una práctica común entre estudiantes en las épocas de exámenes. Sin embargo, como se ha expuesto anteriormente, esta estrategia puede llegar a ser contraproducente, ya que la falta de descanso no solo afecta la capacidad de aprendizaje, sino también la salud y el bienestar general. Los estudiantes que no duermen las horas necesarias, no solo afectan a su aprendizaje sino que pueden manifestar ciertos comportamientos específicos, como irritabilidad, hiperactividad, impulsividad y dificultades para mantener la atención.
Es común que pasar la noche en vela estudiando sea la consecuencia de una planificación deficiente o de usar estrategias de estudio poco efectivas. Si sientes que necesitas ayuda para organizar mejor tu tiempo de estudio y utilizar métodos más eficientes, en APRes contamos con un programa especializado: APRende a Estudiar, donde te enseñamos técnicas y estrategias adaptadas a tus necesidades. Para más detalles sobre cómo podemos ayudarte, visita nuestra página web.
Referencias
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